lunes, 11 de marzo de 2013

Living London. I parte: el viaje.

Bueno, pues este es mi primer post desde Londres!!
No he podido escribir antes porque aquí los enchufes son de 3 patitas, y aunque me traje un adaptador, resultó que funcionaba en los enchufes del piso de Mar pero no en los míos, así que le tuve que pedir a Mar que intercambiáramos nuestros adaptadores...

Pues nada, supongo que tendría que empezar contando mis primeras experiencias, así que...

Para empezar, casi perdemos el avión. El viernes, después de ir a la pelu y darnos mechitas, tuvimos una cena en el piso de Mar, organizada por sus compañeras de piso. Acabamos a las tantas de la mañana jugando a los hombres lobo, y yo aún tenía parte de la maleta por hacer. Llegué a casa a las 3, terminé de hacer la maleta a las 4 y dormí hasta las 4:45 que teníamos que salir para el aeropuerto.

Una vez allí, cuando fuimos a facturar, resultó que nuestras maletas pesaban cada una 8 kg más del límite permitido, así que nos tocó volver con las maletas al coche y sacar cosas, redistribuir entre maletas grandes y equipaje de mano y dejar en Madrid varios pantalones y zapatos cada una. Habíamos ido con tiempo de sobra pero claro, cuando volvimos la 2ª vez al mostrador de facturación (con 23 kg en cada maleta) nos dijeron que ya estaban embarcando y que teníamos que salir pitando hacia la puerta de embarque B29 si no queríamos quedarnos en tierra.

Así que allá que fuimos corriendo, nos colamos en el control de seguridad, nos hicieron quitarnos las botas y demás, me cachearon, nos volvimos a poner las botas y salimos corriendo a la puerta B29. Para nuestro alivio comprobamos que aún no habían empezado a embarcar y nos pusimos en la cola a esperar a que abrieran la puerta de embarque.

Pero en esto que dicen por megafonía: "última llamada para los pasajeros del vuelo EasyJet ... con destino Londres Gatwick". Y nos asalta la duda: estamos en la cola correcta? Efectivamente, no. Había 2 vuelos a Londres Gatwick y el nuestro era el de la puerta B28, que por suerte estaba al lado.

Los azafatos nos miran mal. En fin, si sólo es eso...

Pero no, no sólo es eso. Con todo el jaleo se me ha olvidado meter el bolso en la maleta de equipaje de mano. Sólo un bulto por persona, dice el azafato. En mi maleta ya no puedo meterlo porque con la reorganización del equipaje no he dejado sitio para el bolso, así que lo meto en la de Mar. Problem solved. Pero hete aquí que cuando me hacen meter mi equipaje de mano en el cacharro, resulta que por 1mm no entra. Si no consigo meterlo en el cacharro tengo que facturarlo y son 50 euros por facturar una maleta extra, me dice el azafato. Momento de crisis. Por un momento se nos cruza la idea de volver a abrir mi equipaje de mano y pasar cosas al de Mar... pero el avión entero está esperando a que nosotras tengamos a bien embarcar... Con gran dolor me despido de 50 euros y de mi maleta.

Bueno, otra crisis resuelta. A correr por la pasarela!! Llegamos al avión. Nos piden los billetes. Los billetes? Quién los tiene? Nos los han devuelto los de facturación? Juraría que se los han quedado ellos... Detrás de nosotras vienen 2 de seguridad. Sí, sí, dicen, estas chicas van en el vuelo. Sí, con toda la que hemos liado, se acuerdan de nosotras. La azafata nos pide los pasaportes. Quién los tiene? Yo, los he guardado los 2 en el bolso. Los saco. Ah, sí, ahí están los billetes!! Uuuuufff. Nos sentamos en nuestros asientos. No podemos más de sueño. Mar se duerme. Yo estoy cagada, con tanto jaleo no he tenido tiempo de procesar el miedo antes del despegue...

Despegue? Parece que no. El avión se coloca en la pista pero no se decide a despegar. Aparece una grúa de esas de mantenimiento, con una cabina en lo alto, manejada por un hombre que está hablando por un walkie talkie. Se aproxima al ala donde estoy yo sentada. Se para.. Inspecciona. Habla por el walkie. En esto, de la grúa sale un pitorro enoooorme y empieza a disparar un chorrazo de agua en el ala. Ay, dios. Después de unos minutos de disparar agua, aparece una furgoneta del aeropuerto con una sirena en lo alto. Hablan con el de la grúa. Se quedan el walkie. Inspeccionan. Y por fin, se van todos y el avión vuelve a encender los motores.

En fin, que por fin aterrizamos en London sin más incidencias. La verdad, el vuelo fue cómodo y el aterrizaje perfecto. Además, nuestras vejigas se sincronizaron a la perfección con la cinta transportadora de la recogida de maletas.

Pero el día ya había empezado mal, y nos perdimos como 2948569 veces antes de encontrar nuestro albergue.

Next target: búsqueda de piso.

Es tarde, así que creo que esa parte la dejaré para mañana...

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