miércoles, 4 de diciembre de 2013

Mi experiencia en la sala de espera. .La valla de Melilla (cómo puede ser así?!?)

Ayer fui al médico de atención primaria.
No suelo estar a menudo al otro lado de la relación médico-paciente, así que quiero contaros mi experiencia en la sala de espera.
Cuando llegué, estaba abarrotada de gente. Había hasta ancianitos con muletas esperando de pie, porque no había asientos libres. Cada persona que llegaba hacía el mismo comentario: "Madre mía, con la de años que llevo viniendo aquí, y nunca ha estado esto tan lleno de gente!!".
Especial atención merecen dos conversaciones entre sendos matrimonios (que se desarrollaron, intencionadamente, a un volumen tal que toda la sala de espera podía oírlas).

Matrimonio 1: Compuesto por hombre muy gordo (muuuuy gordo, impresionantemente gordo) y mujer muy pija, ambos en torno a los 50 años. La mujer, por alguna razón, llevaba una maletita de tela de tapicería de sofá en plan equipaje de mano, y un bolso a juego.
Hombre (H): Pues yo tenía cita a las seis y diez, así que si no me han llamado a y media, me voy!
Mujer (M): Pues con tanta gente, no creo que te llamen.
H: Pues me voy.
M: Si no te han llamado, tendrás que esperar.
H: Tú vas a esperar?
M: Yo tengo cosas que hacer. 
H: Pues si tú no esperas, yo tampoco.
M: Yo no espero porque el que tiene la cita y necesita que lo vea el médico, eres tú.
H: Que no, que yo no tengo por qué estar aquí esperando! Si me muero, me muero! Y ya está!
Y dicho esto, se levantó y se fue. 

Matrimonio 2: Compuesto por hombre y mujer en torno a los 80 años, ambos con aspecto sanote.
Hombre (H): Hay que ver lo mal que está esto!
Mujer (M): Estará mejor cuando empiecen a llegar las generaciones más jóvenes. Sabes por qué? Porque habrá más mujeres.
H: Uy, más mujeres, dice ésta!
M: Pues sí, porque las mujeres tenemos mucho mejor el coco que los hombres.
H: Anda ya, qué sería de vosotras sin nosotros!
M: Pues estaríamos muy bien. Y si no, mira a mis amigas: todas viudas! Y tú eres el siguiente...
H: Pues ten cuidado no te vayas a morir tú antes!

La verdad es que la mayoría de la gente se lo tomaba con bastante paciencia, y estos dos viejitos estaban de broma. Pero al gordo gordísimo daban ganas de decirle: "Pues si se muere usted, el que sale perdiendo es usted, no el médico..."

Por otra parte, mañana seré yo la que le monte el numerito a la pobre enfermera que no tiene culpa de nada. 
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En otro orden de cosas, hoy por alguna razón me desperté pensando en "la valla de Melilla" (sí, no sé, a veces me despierto con pensamientos extraños que no sé de dónde salen). Y cuando veo las imágenes y leo las noticias (parece que el gobierno finalmente no quitará las cuchillas, que "no son agresivas, sino disuasorias") sólo puedo pensar que el mundo está absolutamente equivocado.
Y aquí estoy yo, haciendo nada, y aquí seguiré probablemente, haciendo nada. Y quejándome de mi vida.


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